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La Pernía
No todos los ríos tienen la suerte de nacer en una catedral.
El Pisuerga, sí. Porque a eso se parece exactamente la enorme sala subterránea que el río deja atrás justo antes de salir a la luz cegadora de la Montaña Palentina para emprender un largo y detenido viaje de 282 kilómetros hasta las llanuras cerealistas próximas a la localidad vallisoletana de Simancas,
donde acabará por entregarse al curso del Duero.
La Cueva del Cobre, así se llama el laberinto de túneles por los que circulan las aguas más frías del Pisuerga, constituye, además, uno de los rincones más sugestivos de todo el norte de la provincia de Palencia.
Cueva del Cobre
Santa María de Redondo
Iglasia de la Asunción
Ruinas Monasterio
Peñas del Moro
Cuevas de Viarce
Ribero Pintado