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Una cicatriz de agua surca la llanura castellana. Es el Canal de Castilla, la idea visionaria del marqués de la Ensenada, ministro ilustrado de Fernando VI, quien en pleno siglo XVIII tuvo la idea revolucionaria de unir las capitales castellanas con el puerto de Santander mediante una red de canales navegables que facilitara el comercio y el tránsito de mercancías.
La obra quedó inconclusa (como siempre pasa en España), pero nos legó 207 kilómetros de cauce navegable, divido en tres ramales diferentes en forma de Y que unen Medina de Rioseco, Palencia, Valladolid y Alar del Rey. Las carreteras locales y los caminos de sirga que bordean el canal -por los que circulaban los bueyes que tiraban de las barcazas- permiten ahora disfrutar a pie, en bicicleta o en piragua de uno de los parajes más singulares de la comunidad castellana.
Alar del Rey, a 80 kilómetros de Palencia, es el límite norte de esta inacabada obra de ingeniería. Donde confluyen el canal, el río Pisuerga –del que toma las aguas- y la carretera nacional 611. Desde aquí hay 75 kilómetros y veinticuatro esclusas hasta Calahorra de Ribas, donde se separan los otros dos ramales. Se pasa por Herrera de Pisuerga, donde la antigua casa del esclusero ha sido rehabilitada como Centro de Interpretación del Canal, y por Frómista, localidad monumental en la que hay que visitar la magistral iglesia románica de San Martín.
Desde Calahorra de Ribas podemos seguir el ramal de Campos, de 78 kilómetros de longitud, que se alimenta de las aguas del río Carrión y termina en Medina de Rioseco. Es el que menos esclusas posee, sólo 7, pues discurre por la zona más llana. En este caso pasaremos por Monzón de Campos, Paredes de Nava(cuya iglesia de Santa Eulalia -interesante mezcla de románico, gótico y renacimiento- acoge el museo Parroquial, con más de 300 piezas de arte religioso) y finalmente Medina de Rioseco, una de las ciudades más prósperas de Castilla en el siglo XVI, a la que se llamó la India Chica por sus riquezas.
Si en Calahorra tomamos el ramal Sur la ruta nos llevará en nueve kilómetros hasta Palencia, la primera capital que atraviesa el Canal de Castilla, que ofrece un casco urbano agradable y muy tranquilo salpicado de monumentos, entre ellos su célebre catedral. A 54 kilómetros queda Valladolid, la ciudad más importante de la corona de Castilla desde el siglo XII al XV. Aquí murió Cristóbal Colón y nació Felipe II. El palacio Real sirvió de residencia de los monarcas españoles desde Carlos V a Isabel II. Valladolid conserva un patrimonio monumental enorme, que permite un recorrido por todos los estilos y épocas de la historia del arte.
Es también el final del Canal de Castilla y del sueño inconcluso de los monarcas castellanos por crear en su reseco y llano reino una red de canales similar a la de los países de Centroeuropa.